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UNAI OÑATE | «Vi vulnerados todos mis derechos, me trataron como terrorista por algo que no hice»

Iban Gorriti

La empresa aérea easyJet indemnizará al durangués Unai Oñate con 250 euros por dejarle en tierra tras acusarle de haber fumado en la pista de despegue del aeropuerto de Manchester, minutos más tarde que el avión en el que él viajaba tuviera que regresar al aeródromo tras un «olor a humo» detectado en la cabina.

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Unai Oñate (Durango, 1981) con los justificantes de gastos de aquel día en su mano. | PHOTO | I.Gorriti

Oñate vivió una situación que no va a olvidar. Ocurrió el pasado 17 de febrero, día en el que junto a un amigo tomó el vuelo EZY1877, ruta Manchester-Bilbao. «Una vez en el aire observamos que el personal de azafatos estaba muy alterado de un lado para otro, cosa que a mi compañero y a mí nos llamó la atención, junto con el resto de pasajeros», narra Oñate a Mugalari.

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Avión en el que iba el de Durango y que tuvo que volver al aeropuerto por un olor a humo en la cabina. | PHOTO | Unai Oñate

A los 20 minutos del despegue, el aeroplano de easyJet se vio en la tesitura de tener que dar la vuelta por un supuesto «olor a humo» en la cabina y aterrizó de nuevo en el aeródromo de la ciudad británica esperado por los bomberos como exige el protocolo de emergencias. La noticia apareció en todos los medios internacionales. Pero, el caso de Oñate no fue ese, aunque formara parte de la tripulación alertada.

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Bomberto y policía fueron a recibir el avión de ‘easyJet’ que regresaba a Manchester de donde había despegado 20 minutos antes. | PHOTO | Unai Oñate

Ocurrió minutos más tarde cuando al subir a la segunda aeronave en Manchester, se le acusó de haber fumado en la pista del aeropuerto, dato que este profesor de economía niega rotundo. Con la alarma de lo ocurrido, al subir al nuevo avión, un cargo le sacó de su butaca. Le dijo que habían visto a un hombre con chaqueta negra con un cigarro encendido por la pista de despegue. «Yo tenía una chaqueta negra, esta misma que llevo puesta hoy, pero no había fumado», asiente y resume: «Nos vimos envueltos en medio de unas acusaciones sin derecho a poder defendernos por el personal de dicho vuelo».

Con todo, dejaron a su amigo seguir a bordo y a Oñate se lo llevaron a dependencias del aeropuerto, donde fue tratado «como si fuera un terrorista» y allí le dejaron. «Una y mil veces respondí que yo no había sido, solicité que se vieran las cámaras de videos para poder probar mi inocencia, incluso supliqué que por favor se me oliera la ropa, ya que si yo hubiera fumado debería oler a tabaco. De nada servía lo que dijera, se me tachó de mentiroso, no se me escuchaba, me decían de malas formas: You are lying, tú estás mintiendo», rememora.

| MALAS FORMAS | En ese momento, se le sacó de la pista y se le aisló en el pasillo de embarque. Una azafata le acompañó y «no mostró ni un ápice de humanidad o capacidad por querer ponerse en mi situación, de malas formas me dijo que esperara sentado y que no protestara, que si no se me acusaría a la policía de haber querido provocar un acto terrorista, por lo que accedí a callarme viendo cómo había sucedido el previo vuelo y tratar de solucionar este problema desde Bilbao ya que veía que en Manchester no tenía nada que hacer, vi vulnerados todos mis derechos».

En el stand de Ryanair intentó comprar un billete a Santander que partía  de Londres a  las 07:45 del día siguiente. Pero no pudo hacerlo ya que había que adquirirlo en el aeropuerto de Londres al no disponer de ordenador e internet en su móvil. Quedaban 31 plazas libres, por lo que «mi aventura acelerada a Londres empezó. Tuve que comprarme un billete combinado de trenes y metro que me costó 136,2 euros ya que el viaje implicaba hacer una carrera contrarreloj».

El viaje fue toda una odisea. Una vez en el aeropuerto de Londres compró su billete por ordenador y tuvo que esperar despierto toda la noche sentado en una cafetería hasta la hora de salida del vuelo. El vuelo a Santander le costó 131,79 euros más los 100 euros que tuvo que pagar para que le imprimieran el embarque, junto con todos los gastos de consumo de refrescos y cafés que tuve que costearse durante la larga noche de espera.

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Oñate revisa los pagos hechos para poder volver a Durango. | PHOTO | I. Gorriti

Mientras, su amigo pudo avisar a la familia del suceso. «A mi amigo le dijeron que lo que habían visto había sido a un chico con una chaqueta negra fumando, bien es cierto que mi chaqueta era negra, como la de gran parte del personal del vuelo y de la persona sentada en el asiento 30A, pero de nada le servía protestar, lo único que lograría sería ser detenido, por lo que él al igual que yo tuvo que contenerse», aporta Unai.

Oñate ha denunciado los hechos allá donde ha podido. «Mi familia ha vivido con gran angustia toda esta situación tan injusta y humillante ya que no pudieron saber nada de mí durante muchas horas», explica. Pudo encontrarse con ellos en Santander, donde le estaban esperando con los brazos abiertos.

El durangués ha presentado todo tipo de facturas y tickets y solicitó que se le indemnizara por «los daños sufridos a mí persona, por algo que repito que yo no he hecho». A día de hoy, ya sabe que será indemnizado. La firma easyJet abonará a Oñate los 450 euros de gastos invertidos en el regreso a su hogar tras un error de la empresa aérea y 250 euros de indemnización.

Desde easyJet España han enviado un escrito oficial a Unai Oñate en el que le comunican que «lamentamos lo ocurrido y, al mismo tiempo, queremos confirmar que usted no fumó y por ello le pedimos disculpas. Fue un error del aeropuerto de Manchester».

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