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AGUR, JESÚS MARI AGIRRE · El primer alcalde demócrata de Elorrio tras el franquismo

I. Gorriti

· Falleció el pasado 24 de noviembre a las 68 años de edad

Son necesarios cuarenta músculos para arrugar una frente, pero solo quince para sonreír. Las palabras del sabio eran virtud en el rostro de Jesús Mari Agirre Kerexeta, el exalcalde de la villa de Elorrio, el médico practicante en Durango, el pintor premiado, el reivindicador de Balendin de Berrio Otxoa como único patrón de Bizkaia… Su sonrisa era su mejor tarjeta de visita. Falleció el pasado 24 de noviembre a los recientemente cumplidos 68 años.

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Agirre junto a unos amigos. · PHOTO · Iñigo Agirre

Jesús Mari fue el tercero de cinco hermanos. Llegó al mundo el 2 de octubre de 1947 en Elorrio. Hijo de Kele Agirre y Kontxa Kerexeta. Tras concluir el bachiller elemental en Elorrio, estudió ATS (Auxiliar Técnico de Enfermería) en Valladolid y trabajó como tal en empresas industriales como Funcor, Neco, IRE. Al mismo tiempo también atendía a los afiliados locales de Lagun Aro y al Igualatorio Médico Quirúrgico. Posteriormente desempeñó sus funciones en el centro de salud de Durango.

Agirre fue el primer alcalde de la restauración democrática de Elorrio durante dos legislaturas bajo las siglas del PNV. “Estuvo al frente de un potente equipo de recuerdo imborrable en la memoria de los elorrianos”, valora su hermano Iñigo, quien fuera parlamentario jeltzale.

El siempre accesible Jesús Mari será también recordado siempre por ocupar el cargo de presidencia en la Cofradía de San Valentín de Berrio-Otxoa constituida en el año 2000. En esta agrupación siempre han luchado para que las máximas instituciones consideren a este misionero dominico como único patrón de Bizkaia, rango que el nacido el 14 de febrero de 1827 comparte con San Ignacio, a pesar de que el oficial sea guipuzcoano. “Llegaremos hasta donde haya que llegar”, solía repetir cada año el 4 de julio, día de la festividad de Berri Otxoa, beatificado en 1905 y canonizado en 1988.

Agirre era también miembro del coro parroquial. Él llevaba la cuenta de las composiciones cantadas cada vez que intervenía el coro. Se encargaba también de contactar con el coro parroquial de Iurreta “para que nos reforzaran en momentos de especial solemnidad”, detallan.

El ATS, exalcalde, presidente de la cofradía, el del coro parroquial también fue en su día presidente de la Sociedad Pitxar de la villa y miembro del jurado del Concurso Callejero de Pintura de Elorrio anual.

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Jesús Mari Agirre. · PHOTO · Iñigo Agirre

· Pintor premiado · Entre sus aficiones destacaba la pintura. Fue asistente a los cursos de pintura de Bergara y premiado en más de una ocasión en diferentes certámenes. Expuso su obra en más de una ocasión. Era su pasión dominante, con una evolución de estilos que comenzó con el paisaje clásico y evolucionó bosquejando una pintura cada vez más “moderna” “en la que había que imaginarse lo que se veía”, agrega su hermano Iñigo. Una visita a su hogar era un ejemplo de pinacoteca.

La otra afición, de joven, retomada con su jubilación, era la montaña. “Recuerdo que el año 1962 fuimos los tres hermanos José Mari, Jesús Mari y yo con el tío Jaime Kerexeta, cura, a Urbia, en tienda de campaña. Terminamos durmiendo en la punta de Aizkorri: a la mañana siguiente montamos la tienda en Urbia y José Mari y el tío volvieron a Elorrio. Nos quedamos Jesús Mari y yo. Recorrimos los montes de la sierra de Aizkorri, y la segunda noche aguantamos una tormenta terrible: con los rayos se transparentaba la tienda de campaña y veía el exterior. Dos días después bajamos, andando, por Arantzazu a Oñati, San Prudencio, Mondragón y Kanpazar. Rendidos por la caminata y el peso de las mochilas, tras reponernos en el bar que allí había, paramos a un camión que nos trajo a casa”, relata Iñigo y continúa el periplo: “Era el día que se casó Mariví Berrioategortua, la hija pequeña del veterinario Domingo”.

Iñigo agrega otra curiosa anécdota. “En marzo de 1965, justo el día en el que El Correo Español-El Pueblo vasco cambió su edición tamaño sábana a la de tabloide, junto con el tío Jaime fuimos a Larrano, a conocer la ermita de Santa Bárbara: y allí cantamos a pleno pulmón elGora ta Gora Euzkadi”.

· Recordado en el centro de salud Landako · Al jubilarse de su recordada labor como médico practicante en el centro de salud Landako de Durango, salía por las mañanas a recorrer algunos barrios de Elorrio, como San Agustín, Berriozabaleta, Miota, Lekeriketa, Zenita o bajar derecho de Lekeriketa a casa.

Su otra afición, fue el Athetic. Jesús Mari jugó en su época de juvenil en el Elorrio. Más adelante, se hizo socio del club de Ibaigane. Era de ir a menudo a San Mamés y también a algunas finales de Copa. “A la de este año no pudo asistir por estar en tratamiento, y como acción bonita hay que valorar que los compañeros habituales de tales ocasiones vieron el partido desde su casa, tras anular el viaje previsto”, agradece la familia y agradeció el propio Jesús Mari. En alguna ocasión se encargó en Elorrio de apoyar a un candidato para la presidencia del club centenario.

Cuando le recuerdes, mueve quince músculos: los de la sonrisa.

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