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Recuerdo a Regino Biain, el gudari del PNV que quiso inventarse una nueva vida para superar el dolor de la guerra

Iban Gorriti

Comenzamos 2017 sin haber despedido en 2016 como merecía, merece y merecerá Regino Biain. Todo soldado del Eusko Gudarostea merece honores máximos entre aquellas personas y medios de comunicación que creemos en la democracia, con los Derechos Humanos por bandera, todas y cada una de las libertades. Murió hace dos meses, pero en Mugalari no le olvidamos, por ello escribimos este homenaje. 

El del batallón Itxarkundia del PNV falleció el 20 de noviembre a los cien años de edad. El oñatiarra fue fusilero del Gobierno vasco del lehendakari Aguirre durante un año de ofensiva contra el fascismo y, hecho prisionero de guerra en Santo Cristo de Limpias (Cantabria).

A ello hemos de sumar tres calendarios más como forzoso esclavo de Franco, en los mal denominados batallones de trabajadores porque lo que realmente eran es batallones de esclavos. En aquellos interminables días y noches, un sargento franquista llegó a hacerle sentir el frío del cañón de su revólver en la sien. Lo pasó tan mal emocionalmente que acabada la contienda, aunque no el aún inconcluso franquismo, «quise inventarme una nueva vida para superar la que viví durante la guerra», nos relataba en una entrevista realizada con total amabilidad para este periódico.

Regino BIain IBAN

Regino Biain en su hogar de Oñati. · PHOTO · Iban Gorriti

Biain nació durante el gobierno de Alfonso XIII de Borbón, ‘El Africano’, el 7 de septiembre de 1916. Conoció también la Segunda República hasta que aquellos militares golpistas españoles atacaron las libertades a la legítima Segunda República y acabó detonando la Guerra Civil en julio de 1936.

· El mayor de 9 hermanos · Regino era el mayor de nueve hermanos. Había iniciado sus estudios en el colegio de los hermanos Maristas, religiosos que le castigaban «si hablaba en euskara», evocaba. Su padre y madre deseaban que estudiara Perito Mercantil, pero la dictadura imposibilitó el sueño del cestero Manuel y Margarita, ama de casa nacida en la histórica Torre Garibai. Ambos eran de marcado espíritu nacionalista vasco.

El maldito día que comenzó la batalla que enfrentó al bando golpista y al democrático, Biain estaba en casa de permiso del servicio militar que cumplía entonces en Donostia. En su regreso a la capital guipuzcoana tuvo claro que no quería sumarse a los sublevados y junto a otro compañero dio la vuelta y andando llegaron a Orio, donde su hermano Luis -gudari, quizás, según la familia, del batallón Loiola, del PNV- les recogió con su utilitario Balilla y les condujo a Osintxu (Bergara).

De allí, pusieron rumbo a Bermeo, localidad costera en la que se estaban creando batallones. Se alistaron de forma voluntaria al Itxarkundia del PNV, con acuartelamiento en Gernika-Lumo. Estaba a punto de cumplir 20 años.

Su primer comandante fue Luis Sansinenea que acabaría viviendo en Oñati, donde «casó. Fue un buen hombre, nada autoritario», valoraba Biain quien con 85 años aún subía al monte Urbia desde Arantzazu, ermita en la que fue monaguillo de los Lasa, Villasante, Gandiaga, Letona y Etxebarria. Regino en sus últimos años de vida seguía siendo de misa diaria y de corto txikiteo.

· Testigo de la resistencia en Artxanda · Sus peores días de guerra los vivió en la salvaguarda última de Bilbao, en Artxanda. Con su Máuser defendió lo ya indefendible. «Un día vimos pasar unos aviones y al día siguiente supimos que habían bombardeado Gernika», recordaba.

Dos meses después, llegó la batalla campal al alto bilbaino. «Allí mataron a un amigo mío de Oñati. Anduvimos a tiroteo limpio, tanto que no podía ni tocar el cañón del fusil por lo que quemaba. Fue muy violento. En el fragor de la batalla, me volví y al de detrás mío le habían pegado un tiro en la cabeza. ¡Estábamos codo con codo!», enfatizaba a cámara abriendo los ojos más de la cuenta quien rememoraba que los mandos «también se daban órdenes en euskera, además de en castellano».

Los supervivientes, de Bilbao se replegaron andando hacia Laredo, donde «nos habían prometido que un barco nos exiliaría a Francia, pero nunca llegó», lamentaba.

Así las cosas, el 26 de agosto de 1937 fue hecho prisionero de guerra en Santo Cristo de Limpias y trasladado a la playa de Laredo y «a un edificio donde se instaló el campo de concentración. Permanecimos hasta octubre».

Fue destinado a San Juan de Mozarrifar, como también citan en sus recuerdos otros gudaris vivos como Manuel Sagastibeltza (Batallón Abellaneda del PNV) o José Moreno (San Andrés, de SOV). Según apuntes familiares, en enero de 1938, se constituyó el Batallón de Trabajadores nº 25, que partió con destino a Biscarrues (Huesca), Almacellas y Tarrega, ambos enclaves de Lleida. Hicieron trabajos forzosos de construcción de pistas y de carga y descarga de servicios de intendencia y materiales de fortificación de los frentes.

A comienzos de 1939, se incluyó en el Batallón Disciplinario nº 208, emplazado en Espiel (Córdoba) de recogida de alambradas y limpieza en los frentes. Hacia el verano de llegaron a Los Barrios (Cádiz), dedicándose a trabajos de arreglos y construcción de caminos.

«En aquel tiempo un sargento me puso una pistola en la cabeza», apunta. El 8 de junio de 1940, fue liberado para regresar a su domicilio en Oñati. «El encuentro con la familia fue muy fraternal. Sin rabia ni rencor, la nueva vida era algo sobresaliente», ensalza. A día de hoy, asegura que nunca ha querido hablar mucho de ello a su familia. «Si acaso más de la posguerra», agregaba.

· Afiliado al PNV · Era el afiliado decano del PNV en Oñati. Él, junto a una mujer, fueron quienes izaron la ikurriña del nuevo batzoki del municipio en presencia del jeltzale Xabier Arzalluz.

REGINO BIAIN Gudari BATZOKI ARZALLUZ

Temeroso de la muerte -«me da un poco de miedo»-, aseguraba, Biain declaraba que ahora «es el momento en Euskadi de asentar la paz» con el recuerdo del lehendakari Aguirre, un hombre «digno de admiración, valioso, humilde y de mucho conocimiento», manifestaba este ex administrador de empresas casado con Juanita Zubiagirre del caserío Pollangua y que dieron al mundo cuatro hijos: Ernesto, Joxe Manuel, María Elena y Anjel Mari.

Regino Biain Guridi es nieto de Eustaquio, quien luchó en la Segunda guerra carlista. El fallecido era de cantar el ‘Euzko gudariak’ con un grito final que salía de sus cuerdas vocales: «Gora Euzkadi askatuta!»

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