El Ayuntamiento de Elorrio invierte 50.000 euros en el retejado de la ermita San Adrián de la necrópolis de Argiñeta
El lunes te informamos de que comenzaron las obras de retejado de la ermita San Adrián del barrio de Zenita de Elorrio, las de la necrópolis de Argiñeta. Hoy, el Ayuntamiento ha dado a conocer que estos trabajos costarán 50.000 euros. La rehabilitación es posible a un acuerdo entre el ayuntamiento y la cofradía de Argiñeta. «Estos trabajos servirán para cambiar la estructura del tejado y mantener el interior de la ermita en buen estado. Para ello, se han destinado 50.000 euros», informan.
Mugalari ya te adelantó el lunes la noticia y que la ermita de San Adrián fue reconstruida en el siglo XVI y reformada varias veces. Destaca el empedrado del siglo XVII, de indudable valor artístico.
La ermita de las barriadas iniciales no sólo ejerce funciones religiosas: será el lugar donde enterrar a los muertos y el sitio de reunión de la comunidad para tratar problemas o temas civiles. El espacio religioso y civil de la comunidad que adopta el nombre de “cofradía” (frade=hermano).
En estas aldeas la iglesia constituía un elemento aglutinador. Era el referente colectivo: el único edificio público y con seguridad donde, tras las celebraciones religiosas, todos los vecinos se reunían en concejo para tomar decisiones conjuntas.
Esta organización del territorio experimentó importantes cambios entre los años 1050 y 1200, cuando se dan los primeros pasos para la conformación de las anteiglesias, antecedentes inmediatos de los actuales municipios.
· Argiñeta · En su exterior, la necrópolis de Argiñeta, tanto por el número y calidad de sus elementos como por la remota cronología de alguno de ellos (siglos VII-IX), es uno de los monumentos funerarios más importantes de Euskadi.
Esta necrópolis de la época visigoda, compuesta por una veintena de sepulcros y cinco estelas, está situada frente a la ermita de San Adrián. Los monumentos fueron construidos en la Alta Edad Media para ser utilizados en las necrópolis de los distintos barrios del entorno (Mendraka, Miota, Berrio), pero fueron reagrupados en la ubicación actual en el siglo XIX. Tanto los sepulcros como las estelas funerarias fueron erigidos con piedra arenisca procedente de las canteras del monte Oiz.
