JOSÉ MARÍA URQUIZU: «La cruz de Kurutziaga se estaba muriendo»

· El restaurador durangués cataloga al crucero como el prebarroco «mejor de Europa» junto al del humilladero de Sasamón (Burgos)

El restaurador José Mari Urquizu desveló ayer que la cruz medieval de Kurutziaga se estaba «muriendo» cuando se trasladó para su custodio de la intemperie de la calle de su mismo nombre a Kurutzesantu Museoa. El dato lo dio a conocer precisamente en este inmueble municipal mientras impartía una conferencia sobre el interés artístico e histórico de este crucero. Fue la profesora de Restauración de la UPV/EHU quien le hizo saber el preocupante estado de conservación.

El durangués se mostró aliviado por aquel traslado y que de estar «en la UCI» -comparó-, como estaba, pasara «a planta y estar cuidada aquí por enfermeras». Urquizu dio su interpretación de la que estima como mejor prebarroca «de Europa», valoró junto a la de Sasamón, conservada en un humilladero de la localidad burgalesa. «Hay quien dice que hay mejores, pero no son medievales», zanjó.

Ante exactas cien personas que acudieron al evento organizado por la vital asociación de personas mayores Bizidun, el restaurador recordó los avatares históricos de la cruz de Durango. Que sigue existiendo a pesar de un incendio que sufrió la villa y también unas inundaciones, la ocupación de Napoleón y su ejército, las Guerras Carlistas ya que el aspirante a rey Don Carlos «tuvo su cuartel» en el municipio, la Guerra Civil y la actuación de «la CNT, FAI… que hicieron de todo, fusilaron incluso a San Pedro en Tabira, cortaron cabezas a santos…», el bombardeo fascista sobre Durango de 1937, «la bomba que le pusieron en los 80», haciendo referencia al atentado que el 16 de mayo de 1980 reivindicó el Batallón Vasco Español…

Urquizu -contrario al paraguas que trataba de que no se mojara el catalogado como Monumento Nacional y que sigue en pie en Kurutziaga kalea- insistió durante la hora y media de charla que el Ayuntamiento debería recuperar los moldes que se hicieron de la Cruz de Kurutziaga y que el Consistorio tiene almacenados en su alhóndiga. «Se deberían conservar aquí», es decir, en Kurutzesantu Museoa. Aunque años atrás, Galaz le aseguro que «la cruz se está muriendo», a día de hoy, el durangués estima que tal y como se cuida en la actualidad «tendremos cruz para un siglo. Es un milagro que haya sobrevivido a tantos episodios históricos».