VANESSA GOIKOETXEA: «Tras la gran ovación en mi debut en la Seattle Opera, casi me puse a llorar»

Allí donde va, triunfa. No hablamos del slogan de una bebida con lúpulos, sino de Vanessa Goikoetxea. La soprano de Durango acaba de recibir una ovación que solo los artistas sobresalientes logran. Ha ocurrido en la importante Seattle Opera, debut en Estados Unidos de una mujer que precisamente nació en Florida y con doble nacionalidad. Llegó a la villa vizcaina con «cinco o seis años», evoca.

Al acabar la ópera de Carmen, partitura del vasco Bizet, en la que interpreta el personaje de Micaëla, el director de casting se acercó a ella a dedicarle la mejor de las noticias. «¿Has visto la reacción del público? Es por algo, eres muy buena, Vanessa». A continuación, casi se le puso de rodillas. La soprano, toda humilde como es, le respondió sin palabras, pero pidiéndole un abrazo.

Goikoetxea se emocionó ante el público que abarrotaba el tan prestigioso centro. «Es el sueño de todo cantante estar aquí. Un sueño hecho realidad», nos atiende desde el otro lado del Atlántico. «Todo ha ido mejor de lo esperado. El público de la Seattle Opera me ha recibido con los brazos abiertos. Gran ovación y me puse casi casi a llorar».

Vanessa tal como es.

Junto a su marido, el también durangués Aitor Salgado, y el hijo de ambos Mark suman en la «bonita» ciudad estaodunidense un mes de preparación y ensayos. La ópera ha contratado a Goikoetxea para cinco funciones y mañana, miércoles, hará la segunda. «Nos quedan dos semanas. Finalizo el día 19. Ha sido un mes de trabajo, pero todo sobre ruedas. Estoy feliz de que mi debut americano haya sido así», comunica.

Carmen -una de las tres ópera más representadas en el mundo- cuenta en esta ocasión con la Orquesta Sinfónica de Seattle dirigida por Giacomo Sagripanti y el director de escena Paul Curran. «Lloro tras dormir a mi hijo, una noche inolvidable que siempre la llevaré en mi corazón. He debutado en los Estados Unidos con un rol que es un bombón. Solo siento gratitud en este momento. Seattle Opera ha sido el mejor sitio para hacerlo, porque es una compañía humana, cercana, profesional», escribía momentos después del éxito en su cuenta de Facebook.

Por teléfono, concluye con un satisfecho: «Volveremos. Volveremos».