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El tenor vasco Gillen Munguía irrumpe en la escena internacional con su ópera prima junto al pianista Josu Okiñena

· El artista , nieto del célebre tenor Carlos Munguía, presenta su proyecto discográfico  

KANPOIK · Con una meteórica carrera lírica en escenarios de todo el mundo, el tenor vasco Gillen Munguía (Donostia, 1990) presenta su primer trabajo discográfico en su ciudad natal. El nieto del famoso tenor Carlos Munguía salta a la escena de la música clásica de la mano de la prestigiosa multinacional Sony Music con LEXÍA, un álbum grabado junto al pianista, investigador y profesor doctor Josu Okiñena (Donostia, 1971).

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Okiñena y Munguía tras la presentación del disco. PHOTO. Aitor Azurki

En palabras de Okiñena, “es un álbum de gran exquisitez por su calidad vocal y su madurez para la interpretación del lied y de la canción”. No en vano, Munguía ha seleccionado cuidadosamente un repertorio que va desde composiciones en euskera hasta repertorio en francés, sin olvidar la lengua italiana, en que está escrito el repertorio que ha debutado como tenor lírico en el Teatro Comunale di Bologna y Regio di Parma. Dicho trabajo se conforma de una quincena de composiciones y 50 minutos de duración.

El título del disco, LEXÍA, hace referencia al reencuentro entre la palabra y la música en su más alta cima. Fundamenta las interacciones entre verbo y sonido, entre filosofía y física recuperando el estudio profundo del impacto y la simbiosis entre letra y música y los infinitos significados a los que quedan expuestos mediante la creación artística.

“Nos hemos querido centrar en la estética que surge a comienzos del siglo XX en Europa, ya que nos sentíamos muy vinculados con la música de ese período y hemos descubierto muchas posibilidades de interpretación. Hemos querido romper con la tradición, siguiendo esta idea de LEXÍA, es decir,  volver al comienzo del conocimiento, a volver a interpretar las partituras como una primera vez, sin las ataduras de una tradición; y hemos encontrado esta maravillosa música que nos ha facilitado tantas diversas maneras de poder interpretar”, explica el tenor.

Euskara, francés e italiano

Se trata, concretamente, de una serie de obras, tanto francesas como en euskera e italiano, donde se observa “la exquisitez que tiene” Munguía en el manejo de las lenguas, “cómo comprende lo textual y lo hace musical” a través de la palabra, con lo que ha alcanzado “unas cotas de absoluta excelencia” como cantante “de cámara además de ópera”, apunta Okiñena.

Ambos han trabajado conjuntamente durante año y medio en el proyecto: “Siempre me ha gustado este repertorio y con la interacción con Josu Okiñena he podido profundizar mucho en estas composiciones; estoy feliz con el resultado. La planificación viene de largo, año y medio de hacer una buena selección de repertorio, de canciones que nos gustaban a los dos, de obras que pensábamos que podían tener un vínculo entre ellas”.

Okiñena añade que “ha sido un placer elaborarlo durante este tiempo, trabajar en la selección de repertorio, en experimentarlo, en observarlo desde mil ángulos, en probar opciones atrevidísimas que no tienen nada que ver con muchas de las grabaciones existentes. Creo que se presenta algo absolutamente nuevo de un repertorio totalmente conocido”.

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Primer concierto, en el Ayuntamiento donostiarra

Los artistas presentaronn el disco en un concierto muy especial y gratuito organizado por el Ateneo Guipuzcoano en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Donostia/San Sebastián el pasado 29 de mayo, a las 19:30 horas. «Presentarlo en mi ciudad natal, en la casa consistorial de San Sebastián. En el corazón de Donostia fue un sueño hecho realidad”, explica el cantante.

Munguía apunta, además, que “quería aportar algo nuevo, quería cantar profesionalmente. Y llegar hasta aquí ahora, después de tantos años de estudio, después de tantos proyectos, que hayan confiado en mí para poder grabar este disco, me hace retornar a mis orígenes y pensar en ese joven chaval de trece años que se quedó maravillado por primera vez con la música cantada y creo que hemos conseguido lo que estábamos buscando”.

No en vano, para el tenor su carrera musical comenzó siendo un niño: “Creo que mi amor por la música clásica y mi absoluta devoción o intención de ser músico empezó cuando tenía trece años. Después de ver una función de ‘Rigoletto’ en mi ciudad, yo me quedé maravillado con la música clásica y con el poder que podía tener la palabra en la música. Y de alguna manera, esto se relaciona con LEXÍA, es decir, con la palabra en la música”. Asimismo, el pianista especifica que “fue en el recuerdo de lo que fue mi abuelo donde nació la inquietud” por hacer una carrera de estas características.

Talento muy especial

Según Okiñena, “desde que Gillen decidió dedicarse a la vida profesional como cantante, hace ocho años, desde ese primer momento que se acercó a mí, me di cuenta de que tenía un talento muy especial, no solo como cantante, sino como músico; y que era un auténtico intérprete y pensador musical”. Así es como durante años han labrado una relación profesional y personal que desemboca en este álbum.

Por ello, durante años ambos han trabajado conjuntamente hasta que el tenor se ha ido formando en el gran repertorio. “Ahora, fundamentalmente, se encuentra centrado en los papeles belcantistas en Italia, que es donde está realmente alcanzando su esplendor vocal; en paralelo con el trabajo del lied y de la canción, que es música de cámara y   muy necesaria para la plenitud de un cantante. El cantante debe combinar la ópera con el recital, que es lo que estamos presentando en este disco”, explica el pianista.

 

Lexía: el significado de la palabra transmutada en sonidos

 

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