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El derecho a la ciudad

IOn Andoni DEl Amo
Ion Andoni del Amo

Le Droit à la ville. Henri Lefebvre lo publicaba originalmente allá por 1968, bien entrado en los 60. Dice provocadoramente Greil Marcus que con 20 años, cuando aspiraba a ser un reconocido intelectual del Partido Comunista, Lefebvre pensaba como un viejo, y que cuando más mayor abandonase las aspiraciones al reconocimiento de la ortodoxia partidista, lo haría desbordando brío y empuje juvenil.
En tempestuosa relación, Lefebvre y el situacionismo, una de las vanguardias político-culturales más demoledoras del siglo XX, realizan una profunda y radical, desbocada y heroica, crítica del urbanismo dominante. Reivindican el derecho a la ciudad, la importancia del arte y la imaginación, la experimentación, con propuestas como el “urbanismo unitario” o técnicas como la derivè. Y critican los progresivos procesos de mercantilización y apropiación capitalista de la calle y de los espacios de vida cotidiana. Aún no había llegado la burbuja inmobiliaria….
Los años de la burbuja inmobiliaria han dado lugar a lo que autores ecologistas han denominado “coaliciones de crecimiento urbano”, que suman a distintos agentes que se veían beneficiados de una forma u otra: la banca y las constructoras, sin duda, o actividades relacionadas, pero también los propios ayuntamientos, que se financiaban a través de ello, y los políticos que podían cortar cintas de infraestructuras construidas al calor de la fiebre cementera. Procesos que funcionaban casi como automatismos, como máquinas de crecimiento urbano.
| KUKUTZA | ¿Insostenible? Sin duda. Todo ello derivó en endeudamientos desbocados, infraestructuras sobredimensionadas, y con sobrecostes, procesos de gentrificación… Cuando no directamente en cajas B. Sacrificando el acceso a la vivienda, limitando los usos del suelo, e hipotecando el espacio público en favor de proyectos mercantilizadores: el derribo de Kukutza es un ejemplo emblemático.
Durango no ha sido ni mucho menos una excepción. Por un costado atraviesa el que será un tren peatonal. Y la burbuja inmobiliaria ha sido el mecanismo de financiación municipal privilegiado, sin plantear ningún otra perspectiva estratégica de futuro y sostenibilidad. Fruto de ello, es cierto, nos hemos dotado de numerosas infraestructuras, en muchos casos sobredimensionadas o sin proyecto de utilización claro, y en todo caso con sobrecostes, que alcanzan hasta el 50% del presupuesto inicial.

Cuando no se ha mutilado el espacio público, como la chapuza urbanística de Ezkurdi, o destruido patrimonio como el antiguo matadero. La cuantía destinada a la vivienda pública en todo este periodo ha sido de cero euros: el suelo se utilizaba exclusivamente para hacer caja, como mercancía. Sin embargo, acumulamos en torno a 1.500 viviendas vacías, edificios públicos sin uso, y el suelo casi agotado. Y una deuda municipal en torno a los 8 millones de euros.

Vender, derribar, construir, vender. Lo que antes era insostenible hoy es directamente inviable. Pero se sigue en las inercias agotadas: con 2000 inscritos en Etxebide, las últimas promociones de VPO no se completan ni abriendo las listas a toda Bizkaia, la gente no puede comprar. La apuesta fuerte por programas públicos de vivienda en alquiler resulta absolutamente necesaria, no solo porque es más justo y viable, sino porque produce efectos económicos en el abaratamiento del mercado libre.
De forma general, debemos enterrar cuanto antes la maquinaria de vender, derribar, construir y vender. El plan urbanístico actual, concebido en la época de la burbuja y que caducó hace dos años, si antes era cuestionable, ahora está absolutamente fuera de lugar. Hay parar y repensar las necesidades en Durango y cómo aprovechar lo que hay. Hacerlo de forma participada, no siguiendo las dinámicas de las promotoras, que ahora buscan construir chalets. Recuperar nuestro derecho a la ciudad. Es esta reflexión la que hemos llevado al pleno de este mes.

* Ion Andoni del Amo es concejal de ‘EH Bildu’ en Durango e Ingeniero de Telecomunicaciones, Sociólogo y Doctor en Comunicación Social

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