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Los filántropos en harapos

Oscar Gomez

Óscar Gómez Mera

“Primero chupáis la sangre a los trabajadores y luego practicáis con ellos autocomplaciente filantropía, presentándoos ante el mundo como benefactores de la humanidad cuando dais a las víctimas una centésima parte de lo que en realidad les pertenece»

                                                                                                              Friedrich Engels

 

Llevo 20 años trabajando. En cada una de las nóminas que he percibido en estas dos décadas se me han aplicado los correspondientes descuentos y retenciones. A la Seguridad Social, al seguro de desempleo y al IRPF. Si la retención del IRPF aplicada en mis nóminas era inferior a la que me hubiese correspondido, luego, a la hora de hacer la declaración de la renta, ha venido el tío Paco con las rebajas reclamando lo que era suyo.

Desde que soy propietario de una vivienda he abonado sin falta el Impuesto de Bienes Inmuebles. Hace casi 19 años que conduzco y poseo vehículo y durante ese tiempo no he faltado nunca a mi cita anual para abonar el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica. Cada vez que realizo cualquier compra el Estado se queda con un 4%, 10% o 21% de lo que abono. No olvidemos el impuesto sobre la electricidad y alguno que otro más sobre el consumo de algún producto determinado.

Después de cotizar a la Seguridad Social y al desempleo, de que me retengan el IRPF y que abonar el IVA cada vez que consumo, si lo he considerado oportuno me he solidarizado económicamente con quien me ha dado la gana. Pero lo he hecho tras pagar todos y cada uno de los impuestos que me ha correspondido. Los que vivimos de una nómina (cuando la tenemos) no tenemos escapatoria. Y el arriba firmante tampoco desea tenerla. La mejor declaración de patriotismo no es una soflama incendiaria el día de la fiesta nacional (de cualquier fiesta nacional), ni portar una pulsera con los colores de la enseña patria (de cualquier enseña patria). La mejor declaración de patriotismo es la declaración de la renta.

Está muy bien lo de dejar propina en bares y restaurantes. Pero mucho mejor está pagar antes la cuenta. Imagínense ustedes que no cotizara a la Seguridad Social de mi nómina, ni pagara a Hacienda lo que me corresponde como persona física que soy, y que si tuviese la posibilidad cada vez que paso por caja dejase de abonar el IVA. ¿Les parecería a ustedes bien? ¿Les parecería a ustedes que mi actitud sería menos reprochable y menos digna de afear si después de escaquearme de mis obligaciones como contribuyente me hiciese socio de Médicos sin Fronteras o de Cáritas? No, ¿verdad? Porque con todo lo que yo he dejado de abonar se pagan (entre otras cosas que considero superfluas e innecesarias como, por ejemplo, dos reyes y dos reinas) las pensiones, la sanidad, la educación, la ayuda a las personas dependientes, la investigación contra el cáncer…

Quienes defendemos la solidaridad frente a la caridad que practican otros, quienes hemos visto el cáncer en los ojos de familiares y amigos, quienes no queremos un mundo donde los servicios públicos dependan de limosnas, quienes vivimos (cuando nos dejan) de una nómina y pagamos nuestros impuestos sin rechistar somos los verdaderos filántropos. Filántropos en harapos. Porque cada vez tenemos que trabajar más, cuando no nos condenan al desempleo, y abonar más impuestos para tener cada vez menos. Somos nosotros, filántropos en harapos, quienes mantenemos las pensiones, la sanidad, la educación, y también los ejércitos, la casa real, el Congreso y el Senado. Somos nosotros, filántropos en harapos, quienes pagamos el suculento banquete de la banca, del IBEX35, de la CEOE, de los magnates del textil, mientras ellos, entre carcajadas, nos arrojan las migas esperando que, encima, les estemos agradecidos.

NOTA: En 1914 se publicó la novela “Los filántropos en harapos” de Robert Tressell. Un clásico de la literatura obrera que nos ofrece una visión global de la vida social, política, económica y cultural de la Inglaterra de finales del siglo XIX. Esta novela nos muestra la vida de los trabajadores filántropos que se lanzan a un trabajo agotador con salarios de pobreza con el fin de general beneficios para sus amos. En 2014 la editorial Capitán Swing publicó por primera vez en España la novela de Tressell. Si están ustedes interesados en leerla, sepan que está disponible en las bibliotecas de la Red de Lectura Pública de Euskadi. Si prefieren adquirirla, les sugeriría que no lo hiciesen en Amazon, sino en la librería más cercana a su domicilio. En Ermua disponen de dos: Librería Maribel y Xiripot Liburudenda.

 

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