Durango, Biskaia, España. (La Voz de Durango).- Rodeado de atlantes míticos, como si hubieran sido tallados por una mano divina para darle al valle de Biskaia una personalidad propia, recia e imponente, extensas murallas de montañas protegen a Durango, nuestra hermana ciudad en la provincia de Euskadi, una vasta plaza verde donde el monte Udala, el Mugarra y el Amboto, coronan un urbanismo natural que como una utopía emerge en la Cordillera Cantábrica. ¡Es una emoción constante! En busca de los orígenes, y crece cuando el reportero se admira del paisaje imponente que quizá hace cuatro siglos recordó Don Francisco de Ibarra a lo que llamaría el Valle del Guadiana, 12 mil kilómetros al lado inverso del reloj y hace más de 445 años en un mundo nuevo, apenas descubierto, lleno de retos, cuando el insigne colonizador español contaba apenas los mejores años que da la vida a las ilusiones y bonanzas, Durango como su patria! Lo llamó.

En medio de un imponente paisaje natural, con bosques y praderas extensísimos donde destacan largas columnas de robledales (Símbolo de durangueñeidad) se encuentran las elevadas cimas del Udala y el Amboto cuyas cúspides se llenan de nieve cada año y que abren un camino al mar natural por medio del río Ibaizabal, se encuentra Durango como un parque natural ciudad rodeada de agua, montañas, verticales paredes graníticas por donde un día pasó el viajero portugués Antonio de Padua rumbo a Italia, es Durango un extenso valle verde rodeado de montañas donde los pastores vigilan sus rebaños y los leñadores aún levantan sus piras en la producción de carbón vegetal. Ahí cerca está la montaña de Oiz donde se halla una cueva en la que habitaba en tiempo inmemorial la mítica y elegante dama de Mariurrika donde se escondían los perseguidos por la Inquisición y los reyes de Castilla se abre este valle. El valle de los durangarras señorial como los valles de Silicon Valley en California, el Valle de los Reyes en Egipto, el apocalíptico valle de Josafat en Israel, montañas y llanuras como diseñadas por gigantes, igual, que el Durango de México, diseñado por Dios.
¡Qué sublime semejanza entre los dos Durangos! Qué gallardía la de Don Francisco de Ibarra, dejar aquellos paisajes en busca de aventura y conquista, para sólo con la señal de la cruz llegar a otro paisaje similar, abrupto, prístino, salvaje, y vencer para que la nueva villa “a la que llamó “Durango” emergiera en el tiempo comparando a sus ancestros y sus orígenes.

Notable similitud entre esas majestuosas montañas que emulan gigantes en posición de vigilantes con la Sierra Madre Occidental mexicana en su lado duranguense, donde se erigen dos vigías imponentes, el Huehuento y el Cerro Gordo y más allá, la montaña Muignora, entrandito a Chihuahua.
“Vega entre dos ríos” significa la palabra vasca “Durango”, por un lado el río Mañaria que atraviesa la ciudad española y el Ibaizabal que atraviesa el señorío, de ellos se forman numerosos arroyuelos y vetas y hasta una desembocadura en el mar. Visitando la región quise lo primero empaparme de sus costumbres, oír sus historias y cuentos, andar sus caminos y veredas, subir y escalar sus montes, como lo hago en Durango mi patria chica mexicana. ¿Qué habrá visto Ibarra en el desértico norte de México? Qué habrá descubierto en ese entonces sino un amor descrito con el corazón por su tierra, amor que hoy los durangarras pregonan y defienden, que se habla como lo definió Francisco de Quevedo en sus prosas, “amor que habla con el corazón”.
El Durango español es probablemente una palabra de origen celta y en los inicios de la historia, habría sido llamado pueblo de Tabira. En Durango nació Fray Juan de Zumárraga el protector de los Indios, primer Obispo y Arzobispo de la Ciudad de México y recibidor directo de manos del indio Juan Diego de las “Rosas del Tepeyac” que le entregó la Reina de México, la Virgen de Guadalupe “al más humilde de sus hijos” y nació también en Durango Don Bruno Mauricio de Zabala fundador de Montevideo Uruguay, Don Francisco de Ibarra fundador de Durango, México y descubridor del Valle del Guadiana que conmovido por la notable similitud con su patria, la llamó igual dando origen a la villa que hoy ciudad de Durango es hermana de la española donde Don Francisco es recordado en la céntrica avenida que lleva su nombre.

¡Qué parecidos son los tres Durangos, tanto este, como el mexicano, como el Durango, Colorado, norteamericano!

De España me sorprende la frondosidad de los árboles pues tratándose de una latitud al nivel de lo que está Canadá, la frescura, lo tupido de los bosques contrastan notablemente con otras regiones españolas. Durango tiene bosques envidiables, notablemente cuidados y protegidos, todo el perímetro de Biskaia provincia donde se encuentra Durango es un parque natural con abundancia de fauna donde se pueden encontrar lobos europeos y osos negros libres que quizá no hayan visto al hombre nunca en las escarpadas cumbres, abundancia en avifauna y especies de mamíferos menores muy variada como el zorro y otros vitales para el ciclo de la vida. Para los durangarras, como se denomina en idioma vasco su gentilicio, su máximo atractivo turístico son las tontor durangaldeko o cumbres montañosas adonde llegan franceses, españoles, alemanes, italianos, japoneses, norteamericanos para practicar el escalamiento o simplemente disfrutar de la campiña duranguesa (vital gentilicio castellano) actividad en aumento y que deja miles de Euros en utilidades anualmente. Aunque boscoso por excelencia, el cuidado por el bosque es extremo, celoso, nunca derribarán un pino sin necesidad, pues también los durangarras se dedican al comercio, la industria, el hierro, el mar y otras variadas formas de trabajo y desarrollo. Las escuelas están llenas de símbolos ecológicos y la materia se imparte junto a la historia del duranguesado. El Ski alpino es también una actividad deportiva reconocida, pero es el juego de pelota vasca el principal deporte nativo de la zona donde Durango es una de las principales potencias de Euskadi.

Durango España en encuentra en un punto Geográfico donde se hallan tres territorios vascos: Alava, Guipúzcoa y Vizcaya, éste nombre castellano del vasco Biskaia, y el cruce de vías de comunicaciones entre la meseta y el mar. Aglutina caseríos de memorias ancestrales como la Villa de Elorrio, el Apatamonasterio, Berriz, Zaldibar. Se habla el idioma Euskera que no lleva acentos y se come la chuleta de cordero, el garbanzo en caldo, las patatas fritas, las alubias, las lentejas, el filete de Mero y Merluza y las albóndigas.
En mi deambular por el Udala (Ayuntamiento) conocí a Antonio Palacios que se desempeña como encargado de la oficina de comercio interior en el nuevo Ayuntamiento de la ciudad y quien se alista como guía sin condicionamientos de ninguna especie “El durangarra o durangués es recio de carácter, de posición firme, trabajador, habita en el corazón del país Vasco, cerca de Bilbao, cerca de San Sebastián, miles de durangarras hicieran la mar, viajaron al nuevo continente dice Antonio Palacios con su semblante orgulloso de su ciudad” Que no hay otra ciudad más bonita que Durango” confirma. Y Vamos al Ayuntamiento y vamos a museos y palacios. Al Parque Eskurdi donde se halla “el cuervo” Fray Juan de Zúmarraga, así porque la esfinge es negra, vamos al parque Pinohondo y vemos la estatua del filólogo Pedro Pablo de Astarloa, recorremos la Barrenkalea (Calle nueva), y topamos con la Zedharkalea (calle que atraviesa) y contemplo el puente de San Agustín donde pasa el río Mañaria y clik clik clik hago fotos y fotos ante la mirada interrogante de jóvenes y viejos, vamos por la Goienkalea (calle de arriba) y en una de esas, probamos la mejor comida duranguesa de la ciudad en el restaurante Txantonesa donde amable y jovial Ely la encargada comprueba que todo esté bien ordena un cuidado especial en el servicio al “reportero mexicano”. Ahí entre el humo de los Ducados y el sabor apacible del vino tinto de la casa en la copa ancha, Ely va y viene y ordena de nuevo a Yamilka Romero su compañera que el reportero pruebe las chuletas y que no le falte el vino, que sirva más lentejas y más alubias, que se lleve la mejor impresión. No falta quien en el bullicio y el humo y al ver mis cámaras fotográficos y a mi apuntándolo todo con lápiz me pregunta “¿eres argentino?” Pocos latinos vienen aquí dice otro. Soy mexicano-contesto. Es duranguense del Durango de México replica Antonio Palacios. Yamilka Romero sirve todo apenas en un santiamén y Antonio Palacios confirma que en txantonesa se sirve la mejor comida duranguesa. A ese Durango alguna vez se le denominó “Pueblo de Sapos” o Sapuherry por la cantidad de batracios que se podía encontrar, y pronto llegamos al Arco, una de las antiguas puertas de la ciudad a la que se le llama Santa Ana donde se distingue al fondo la ferrería otra similitud con el Durango nuestro! Ya que ancestralmente había en Durango, España una potente red de talleres ferrones expertos en fundición y en la manipulación del hierro. Las ferrerías instaladas en los bosques altos de la cordillera de Oiz, del monte del Udala y del Mugarra, fueron bajando a la orilla de los ríos Mañaria e Ibaizabal.Hoy no queda ni una pero forman casonas antiguas convertidas en mesones o museos.

Durango Biskaia posee notables adelantos para su entorno de ciudad pequeña, una modernísima biblioteca municipal, un Museo de Arte e historia duranguesa en donde se encuentran episodios como la fundación de Durango, México hace 445 años, El Auditorio San Agustín Kultur Guinea para actos cívicos y culturales de prestigio, un Conservatorio de Música, y su feria regional es un tanto diferente a la nuestra, allá se trata de la feria del libro y disco vasco, y se efectúa cada año convirtiendo a Durango en santuario de la cultura vasca por una semana. Las instalaciones sólo tienen 4200 metros cuadrados y cada año hay más de 600 novedades literarias y más de 20 mil ejemplares diferentes. Para los visitantes, el Hotel Kurutziaga se localiza en el centro de la ciudad. Un monumento que me llamó la atención sobremanera es el Andra Mari Elizpeko baso-arkupeak ,una especie de bodega al aire libre donde los durangarras o durangueses se concentraron para salvar sus vidas ante los bombardeos de la guerra de 1936 y que es hoy motivo de reunión social .La industria del hierro es hoy una floreciente industria que goza de crecimiento sostenido y es vital para la economía del Durango actual, una ciudad limpia y ordenada, con una historia rica y diversa, interesante, culta, con una población responsable y comprometida con sus orígenes. De paso por un pequeño parque conozco un pequeño monolito donde se encuentran los escudos de los tres Durangos: España, México y Estados Unidos.

En el kiosco de enfrente me compro la prensa del día, se consume “El Correo Español”, pero “Berria” está redactado en Euskera o idioma vasco, gusta mucho,”Deia” es otro diario y los tres son tabloides, me sorprenden como la prensa del país vasco trata la visita de la Secretaria de Estado Norteamericano Condorizza Rice y con qué cuidado aborda el asunto de Eta y lo puntual que son sus articulistas en lo fino de sus plumas. En España la televisión tiene aún poco desarrollo y el nivel de lectura es alto, los tres periódicos vascos se agotan en todas las ciudades.

Hace tres años, Pilar Ardanza Uribarrén que era alcaldesa de Durango España se admiraba de las similitudes tan cercanas entre las dos ciudades, ambas son boscosas, tienen actividades mineras y ferróneas, son montañosas y el ecoturismo tiende a ser una actividad económica creciente. Y lo primero que pregunto es por ella pero no logro contactarla aunque Durango España es una ciudad tan pequeña que todos se conocen, con sus menos de 16 mil habitantes sorprende que el Durango mexicano tenga medio millón de habitantes, “Como Bilbao” responde sorprendido Antonio Palacios.
-Pilar trajo tus libros, los tenemos en el Ayuntamiento y por tus fotos conocemos cómo es Durango, México-me dice Antonio Palacios. Mandan buscar a Pilar Ardanza, pero ella ha salido a San Sebastián.

Finalmente conozco a Natalia De-Naverán directora de turismo del Durangoko Udala (Ayuntamiento de Durango), quien abunda, explica y me obsequia lo mejor que puede dársele a un periodista: un libro y una sonrisa amable. En una tienda pequeñita compro una bandera del país Vasco con sus colores verde blanco y rojo, una boina y una medalla. Antonio se despide pues me ha dedicado casi el día y me detengo un momento en la monumental, entrada de Santa Ana a contemplar lo que es la ciudad, que posee una riqueza comercial e industrial notoria y pujante pero que no pierde el sosiego de la aldea, clásica cantábrica descrita así en algunos poemas de Machado y más en las canciones de Serrat. “Cuando lo pequeño es hermoso y lo grande sublime, lo cotidiano resulta placentero”, me dicen los durangarras donde encontré una sociedad amable y abierta, una autoridad conciente y responsable, una ciudad que enamora y un adiós del que los poetas hablan, como el amor que se va pero se queda.

 

Enlace original: http://www.lavozdedurango.com/local/durango-una-ciudad-hermana-en-euskadi