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En Amorebieta-Etxano le echan el guante al sida

I. Gorriti

Ayer se celebró en todo el mundo el Día mundial de la lucha contra el sida. Desde hace ocho años, una empresa de Amorebieta-Etxano ofrece unos guantes que revolucionan el mercado sanitario: los G-VIR. Aunque no curan los terribles virus del VIH y la hepatitis C, sí salvan de padecerlos a los especialistas que trabajan con ellos. La esperanza, como la confianza en la ciencia, es lo último que se pierde.

GABRIEL SANZ

El director general de Celulosas Vascas, Gabriel Sanz, muestra uno de los guantes en la sede de la firma en Amorebieta-Etxano. |PHOTO | Iban Gorriti

El pabellón de la firma zornotzarra Celulosas Vascas (CV) pasó a la historia como la primera a nivel mundial en realizar un recubrimiento exterior con unas placas llamadas digiform y que impresas generan la sensación de adentrarse en un bosque típico de Altube o Ukiola. Sin embargo, la firma ubicada en el polígono de Boroa también figura ya como la primera del Estado que se preocupó y ocupó en trabajar en el mercado sanitario con enfermedades víricas como sida o hepatitis C.

Para ello contactaron con la multinacional Hutchinson Santé para disribuir en el Estado los guantes que llevan el nombre de G-VIR cuya principal misión es proteger al personal sanitario de accidentes percutáneos, cuando realizan intervenciones quirúrgicas con pacientes infectados por los virus más temidos.

La mayor parte de los percances provienen de heridas producidas por agujas, escalpelos, bisturíes y esquirlas óseas. También se pueden producir por salpicaduras y contactos de sangre, o líquidos biológicos contaminados en contacto con heridas de la piel. El director general de CV, Gabriel Sanz, se muestra orgulloso más que por tener la exclusividad a la hora de distribuir los guantes porque la Sanidad pueda contar con ellos. «Hasta ahora muchos profesionales se ponían dos guantes normales, unos sobre otros, que no les protegen de los virus. Con éstos, pueden trabajar más seguros», enfatiza.

El Hospital San Eloy y el de Basurto son los únicos en Bizkaia que trabajan con ellos por ahora. La firma productora de este guante es la francesa Hutchinson Santé, líder mundial, en ausencia de tests estandarizados, realizó experimentos específicos simulando accidentes percutáneos. Más de 600 profesionales sanitarios de diferentes especialidades han valorado de forma «muy positiva» tanto la seguridad como el confort y ergonomía del G-VIR. «Con un grosor equivalente al de dos guantes superpuestos, satisface correctamente en cuanto a la destreza, confort y resistencia que se exigen en el ejercicio de la cirugía», anuncian.

Pero, «¿cómo funciona?», se preguntará el lector. El mecanismo de acción de estos guantes permite maximizar la cantidad de líquido desinfectante disponible en el punto de ruptura y conseguir la expulsión por presión del líquido sobre el instrumento que perfora la capa externa. En una primera etapa llamada inmovilización, la aguja deforma, sin atravesarla, la primera capa y la presión aumenta en la capa central. Bajo este efecto de presión, las paredes entre las microgotas ceden y el líquido se concentra en el punto de contacto, denominada concentración.

| CON LÍQUIDO DESINFECTANTE | Al seguir avanzando, la aguja acaba perforando la capa exterior y el líquido desinfectante es expulsado bajo el efecto de presión. Eso es la expulsión. Se sabe que los virus envueltos del sida o hepatitis C son muy sensibles a los componentes con poder detergente, y especialmente a componentes principales del líquido desinfectante del guante G-VIR, como son los amonios cuaternarios.

«Los vendemos -admite Sanz- más fuera de Euskadi que aquí, pero prevemos que estamos en el momento en el que la sanidad vasca va a apostar por ellos. Le ven el inconveniente de que un par cuesta 18 euros. Sin embargo, en breves fechas podremos adecuarlo a un mercado cada vez mayor y de esta forma sin mermar la calidad hacerlo más accesible a los especialistas». A día de hoy, Gabriel reconoce que se produjeron en el «peor momento» y señala al comienzo de la crisis económica que aún padece nuestra sociedad. «Surgió en un momento inadecuado, pero es un producto revolucionario, sin duda», contrapone.

Celulosas Vascas ha sido pionera ofreciendo a la vista el bosque más grande impreso en una fachada. Fue el sueño hecho realidad de Gabriel Sanz. Los G-VIR son el sueño de millones de médicos especialistas en todo el mundo.

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