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II · La vida de película del gudari durangués Ricardo Azpiritxaga relatada por sus nietos desde Caracas

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Ibane Azpiritxaga Z. & Julen Azpiritxaga Z.

· Nietos del durangués narran para Mugalari.info la vida de su abuelo desde Caracas, Venezuela

Nuestro aitona Ricardo Azpiritzaga Murua nació en Durango el 29 de julio de 1912, en el número 8 de la calle Intxaurrondo. Hijo de Demetrio y Martina, hermano de Soledad, Josefina, Jesús y Alfredo.

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Azpiritzaga junto a su mujer Arantza y nietos.

Desde joven practicó la que sería una de sus mayores pasiones, el fútbol, como guardameta de la Sociedad Deportiva Cultural de Durango, donde empezó su carrera profesional en el deporte. Este equipo se convirtió en su trampolín para desenvolverse en la Primera División con el Real Zaragoza SAD. También con posibilidades de haber jugado en el Athletic Club de Bilbao que, aunque le quedaba más cerca de casa, no le ofrecía compensación por participar en el equipo, por ello se mantuvo en el equipo maño. Alternando esta pasión con su profesión de electricista.

Otra de sus grandes pasiones eran los montes del Duranguesado, montañero desde muy joven y hasta muy mayor. Siempre que tuvo oportunidad de volver a Durango, pasaba horas en el monte. Por esta pasión empezó a formar parte del movimiento Mendigoxale (Euzko Mendigoizale Batza) y posteriormente del Jagi-Jagi, con lo cual inicia su activismo nacionalista vasco, aunque su padre y madre eran carlistas.

Gudari del batallón Kirikiño

A sus 23 años, cambió las botas de monte y el balón por el fusil y el uniforme militar, su carrera futbolística se vio afectada con la llegada de la guerra en 1936. Se alistó en los batallones de Euzko Gudarostea y formó parte del Batallón Kirikiño (Nº55 del Ejército de Euskadi). Particióp en la defensa del Cinturón de Hierro hasta el final, permitiendo en una última batalla la evacuación total de Bilbao.

Durante el bombardeo fascista de Durango del 31 de marzo de 1937, su batallón se encontraba de permiso, por lo que estaba en casa en ese momento, una bomba entró por el techo de la casa y por fortuna no explotó. Contaba haber visto el bombardeo de Gernika desde el monte, con el resplandor de un gran fuego. Es herido, sin darse cuenta, por una bala en un glúteo, se acuesta a dormir en el campamento hasta que un compañero de armas lo despierta, pues estaba desangrado y convaleciente. Se recupera y continúa en batalla hasta la caída de Bilbao.

Una vez caída la villa de Bilbao en manos de los autodenominados nacionales, huyen por tierra hasta Santoña, siendo capturados en septiembre de 1937, llevados a la cárcel de El Dueso y posteriormente a la cárcel de Larrinaga en Bilbao. Condenado a muerte por un tribunal de guerra, espera su condena en la cárcel donde aprende a hablar euskera. La celda donde se encontraban varios oficiales y soldados vascos, compartía pared con el paredón de fusilamiento, por las noches se escuchaban los impactos de balas que descargaban contra sus compañeros fusilados y descontaban los días para su propia sentencia. Una noche de enero de 1938, se entera de que será canjeado. Esta información aparece en el libro Diario de un gudari concenado a muerte escrito por Ramón de Galarza:

“Un enchufado nos trae la lista completa. Son 36 por orden alfabético. Tiemblo. Primero Azpiritxaga (Triki) ¡Qué grito de alegría ha pegado a Barriola! Nombres y más nombres que nos atañen directamente”.

TRIKI RICARDO DE AZPIRITXAGA

Azpiritxaga. Egin

Capitán de ametralladoras en la Batalla del Ebro

La noche del 21 de enero es canjeado en el puente entre Irun y Hendaia, con la mediación de la Cruz Roja Internacional. Se dirigen a la frontera entre Francia y Cataluña para continuar luchando en el ejercito de la República. Llega a Barcelona, donde se le mantiene su rango de Capitán de ametralladoras. Se postula, con otros soldados y oficiales vascos, como voluntario para participar en la Campaña del Ebro, es designado para la 140 Brigada Mixta de la 44 División. Durante la batalla muere Vicente Eguía Sagarduy, quien comandaba la brigada, asumiendo Triki el mando de esta, evitando que los franquistas puedan tomar el cruce de Camposines ese día.

Al acabar la Guerra, derrotado, emprende la marcha a la frontera con Francia por Le Perthus, en donde se encuentran con gendarmes franceses que tenían la orden de desarmarlos y llevarlos al campo de concentración de Gurs. Pero en un fortuito encuentro, encontraron que uno de los gendarmes era euskaldun, estuvieron hablando un rato con él y al momento de abordar el transporte que los llevaría a Gurs con todo el equipaje montado en el camión, los sacó de la fila. Los trasladaron a París a la Delegación Vasca, de ahí pasó a Baiona en julio de 1939.

En Baiona es contactado por Pablo Beldarrain quien está buscando formar un Estado mayor de oficiales vascos exiliados. Pero él declina la propuesta y se decide iniciar una nueva vida al otro lado del Atlántico. Por Pedro Luis Goizaga, con quien había coincidido en pensiones en Barcelona, se entera de una aventura para llevar dos barcos pesqueros a Venezuela y, aunque él nunca había montado en barco, se suma a la travesía.

Odisea en dos barcos pesqueros de Baiona a Venezuela

Dos barcos zarparon de Baiona el 16 de agosto de 1939, el Donibane y el Bigarrena.  Lo hicieron con la escaramuza de salir de “pruebas” ya que la burocracia francesa estaba poniendo frenos a la expedición. Dos barcos pesqueros de 14 metros de eslora y tres y medio de manga y con un motor de diésel de 50 HP, se lanzan a surcar el Atlántico en una aventura que hoy podríamos llamar quijotesca.

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Tripulación del periplo Baiona, Dakar, Venezuela.

La ruta tampoco era nada normal, en la misma proporción de locura y valentía se deciden a bordear la península Ibérica y llegar hasta África, donde harían una parada en Dakar (Senegal), tomarían provisiones para terminar el viaje hasta América. Esta primera parte del recorrido fueron 2.200 millas náuticas, unos 4.074 Km. En una salida un tanto clandestina, zarparon de Dakar ante la sospecha de que los papeleos burocráticos podían complicarse, enfilaron rumbo al nuevo mundo. El 6 de septiembre de 1939 avistan tierras venezolanas, tras una escala en el pueblo de Río Caribe, el envío de un telegrama a la Delegación Vasca en Caracas y los correspondientes trámites de ingreso, enfilan rumbo al puerto de la Guaira, donde arribarían con la ikurriña izada en proa.

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Los barcos Donibane y Bigarrena.

En su llegada a Venezuela con una moneda de franco en el bolsillo decide echarlo al mar y con 20 bolívares prestados comienza su vida en esta tierra. Comenzó con lo que sabía, la electricidad y al paso de un mes ya había retornado el préstamo. Luego como cantante en bodas y carpintero complementó su vida en Venezuela, sin dejar de lado su pasión por el deporte y el fútbol.

Agrupándose con la colectividad vasca que meses antes habían sido recibidos por el presidente Eleazar López Contreras comienza a sentirse en casa y arropado. Deciden así fundar el Centro Vasco de Caracas para la resistencia al gobierno franquista desde el exilio. Junto a 3 compañeros: Blas de Gárate, Jon Oñatibia y Ángel Aznar.  Naciendo así el primer Centro Vasco de Velásquez a Cipreses en el Centro de Caracas. Posteriormente se mudan unas calles aledañas en Truco al Balconcito y años más tarde en 1950 dada la afluencia y crecimiento de la colectividad vasca en Caracas, vuelven a mudar la institución al barrio de El Paraíso. Siendo esta última, la actual sede.

En el Servicio Vasco de Inteligencia junto a Txomin Letamendi

Participa de la mano de Txomin Letamendi y otro grupo de vascos en Caracas, de la iniciativa del Gobierno Vasco en el exilio de colaborar con los aliados en la Segunda Guerra Mundial. Entran a formar parte del Servicio Vasco de Inteligencia, trabajando para los servicios de inteligencia estadounidenses. Organizan un sistema de información desde Puerto Cabello a Caracas y realizan incursiones en la Embajada Española de la ciudad. Entran una noche mientras el Embajador está fuera en una velada musical con Billo’s Caracas Boys, banda en la que participaba Letamendi como tropetista, logran conseguir el código con el que la embajada se comunica con Madrid y mediante una pequeña cámara de fotos obtienen la información y desalojan el lugar.

Su vida en Venezuela empieza a tener estabilidad. Durante estos años, había conocido a Miren Arantzazu Badiola Irigoien, de Pasajes San Pedro, quien con su familia regentaban un hostal para exiliados vascos en el centro de Caracas. Con Arantza formó una familia, teniendo 6 hijos: Aitor, Irantzu, Asier (+), Izaskun, Xabier y Unai. Retomó el fútbol en el Colegio San Ignacio de Loyola de la mano de los jesuitas, jugó fútbol profesional en Venezuela en el Loyola y en el Deportivo Vasco. Años después entrenaría a la primera selección de fútbol venezolana en unos juegos panamericanos.

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Los hermanos Ibane y Julen Azpiritxaga.

Se dedicó en pleno a formar una familia en su nueva tierra, a la que quiso tanto como a la primera. Amaba sus playas y sus montañas, siempre buscó nuevas aventuras. A sus 70 años se decidió a ir a la selva amazónica venezolana con unos amigos que querían encontrar diamantes, aunque él se quedó en el campamento base acompañado por una tribu indígena, volvieron sin una piedra preciosa, pero con muchos recuerdos y un fuerte paludismo.

Tres veces recibió la Santa Unción

Recibió tres veces los santos óleos durante toda su vida, una en la guerra, otra durante un tiempo convaleciente en cama de mayor y la tercera al final de sus días. Podríamos decir que le tocó tres veces la puerta a San Pedro y este decidió no abrirle las dos primeras.

Murió en Caracas el 27 de febrero de 2009 a los 97 años de edad, acompañado por su familia. Triki, el hombre de los mil oficios y las mil historias, puede parecer un protagonista sacado de una historieta, pero no fue más que un tipo con mucha valentía, convicciones, valores y, por qué no, con un toque de locura.

I · Triki, el refugiado durangués que participó en la odisea en lancha de Baiona a Venezuela de 1939

 

 

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