Eusko Ikaskuntza homenajea a Xabier Amuriza con el premio Lekuona por «el renacer del bertsolarismo»

Xabier Amuriza y José Ramón Etxebarria recibieron ayer lunes el Premio Manuel de Lekuona instituido por Eusko Ikaskuntza para el reconocimiento de las personalidades de la cultura y la ciencia vascas. Según una información difundida por Deia, en la edición de 2019 el galardón fue otorgado al bertsolari Xabier Amuriza (Etxano, 1941 y residente en Berriz), «protagonista del renacer del bertsolarismo» y de su «salto de la tradición a la modernidad», a juicio del jurado.

Xabier Amuriza posa junto un cartel de Eusko Ikaskuntza.

El pasado año, 2020, el Premio Lekuona recayó en José Ramón Etxebarria (Gernika-Lumo, 1948), ingeniero de profesión, quien a lo largo de su carrera ha desempeñado un papel muy relevante en la normalización del euskera en la educación superior en Ciencias. Como en 2020 no se pude celebrar la entrega de los galardones, este lunes se han entregado en una ceremonia conjunta en Kafe Antzokia donde ambos premiados han mantenido un diálogo entre sí y con el público asistente.

Sobre Xabier Amuriza

Bertsolari, escritor, traductor e investigador nacido en Etxano (hoy, Ayuntamiento de Amorebieta-Etxano) el 3 de mayo de 1941.

Se ordenó sacerdote en 1965 después de cursar estudios en los carmelitas de Amorebieta y en el seminario de Derio. Durante los años del franquismo, tomó parte en un movimiento de curas contra la represión y en pro del resurgimiento de la cultura vasca denominado Gogor. Sus protestas le condujeron a detenciones y a encarcelamientos.

Dejó el sacerdocio en 1976, casado y padre de una niña, vive en Berriz. Ha sido además de juntero por Bizkaia parlamentario autonómico en la cámara de Vitoria-Gasteiz.

Xabier besa a su hija Miren años atrás con Anboto al fondo. Iban Gorriti

Junto a su compañero de seminario, Abel Muniategi, debutó «oficialmente» después de ser ordenado sacerdote en 1966. En esa primera época cantó por los pueblos de Bizkaia ataviado con su sotana. Fue miembro del jurado en certámenes y campeonatos de bertsolaris. En la famosa final del Campeonato Nacional de 1967 donde fue silbado Xalbador, era componente de la mesa de jueces.

En 1980, se celebró el Campeonato Nacional de Bertsolaris, el primero que se organizó desde 1967. No sólo se presentó y ganó el campeonato sino que marcó el comienzo de un cambio en las formas y el contenido. Cantaba en euskara unificado (batua), el modo de desarrollar el bertso era distinto, su lenguaje, sus figuras literarias, metáforas, métricas… trajeron una revolución en este mundo.

Tuvo que demostrarlo nuevamente en 1982 cuando volvió a ganar la txapela de campeón nacional. Posteriormente participó en el de 1986 y en el Araba-Bizkaia de 1987 dónde fue tercero y segundo respectivamente. Una operación de faringe le apartó de los posteriores campeonatos.

Amuriza en una Durangoko Azoka. Iban Gorriti

Ha escrito varios libros tanto en su faceta de bertsolari, investigador o novelista. Además ha publicado distintos discos y firmado infinidad de artículos periodísticos y de opinión en diferentes periódicos. Es miembro de honor de la Asociación de Amigos del Bertsolarismo (Euskal Herriko Bertsozale Elkartea).

En 2016, cuando tenía 75 años, anunció su retirada del bertsolarismo. Actualmente escribe y ha publicado su última novela Neska bat leku inposiblean, además de seguir componiendo letras.

Con todo, su aportación al mundo del bertsolarismo y la cultura vasca en general es inmensa no quedando ni una sola faceta del bertsolarismo en la que no haya dejado su impronta. Sus aportaciones en la enseñanza del bertsolarismo, en las formas de desarrollo del repentismo y las distintas formas de presentarlo al público han hecho de él un referente inevitable del bertsolarismo moderno, marcando un hito, un cambio de época para muchas personas. Su arduo trabajo sobre sobre métodos de aprendizaje del bertsolarismo, llevaron a romper con el mito del bertsolari de nacimiento (berezkoa) para abrir las puertas a los talleres de bertsos (bertso-eskolak).

Xabier en su hogar en Berriz. Iban Gorriti