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Aalia, prisionero dentro y fuera de su tierra

 

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Uxía Castro

Mis compañer@s de Resistencia Saharaui habían convivido con él en Gdeim Izik, pero yo conocí a Hassanna Aalia cuando se cumplía un año del desmantelamiento del campamento y él ya estaba estudiando en Bilbao. Fue en una conversación muy intensa por Skype.
Aquella noche conocí a un dulce muchacho de 21 años que intentaba expresar con su recién estrenado castellano lo que sentía en ese aniversario que nos hacía estremecer a tod@s l@s defensor@s de la causa saharaui.

Hassanna, nostálgico y emocionado, me contaba que Gdeim Izik era para él el único mes es su vida en el que él y todo su pueblo habían sentido lo que era ser libres e incluso habían pensado que esa libertad ya no terminaría. Me contaba la violencia de la madrugada del desalojo.
Me habló de sus detenciones y de los golpes asestados en comisaria por la policía torturadora marroquí y me dijo unas palabras que se quedaron grabadas en mi conciencia y de las cuales no pude concebir el significado más profundo hasta hace bien poco:
«Sus golpes no me duelen porque si estoy en mi país, si lucho por mi país, para mi es dulce».

Por aquel entonces Hassanna ni ningun@ de nosotr@s sospechába que a los pocos días Marruecos iba a emitir su orden de busca y captura, que sería condenado a cadena perpetua,  que no iba a regresar a su país y que el gobierno español también le rechazaría.

Es ahora cuando entiendo a la perfección ese sentimiento de Hassanna. Es ahora cuando comprendo que él es y siempre será prisionero dentro o fuera de su tierra, como tod@s sus compatriotas. Prisionero de Marruecos viviendo en su casa con su familia o en la sucia prisión en la que quieren confinarle, prisionero de un sistema burocrático y un gobierno español cómplice del rey alauita que no entiende de sentires, derechos humanos ni libertades y rechaza su derecho de asilo lanzándolo a la muerte en vida.

Aunque Hassanna tenga asilo político del gobierno español, mientras el Sahara no tenga la independencia y pueda decidir su futuro, él como todo su pueblo serán prisioneros.

Aquella noche en que Hassanna, el chico de la eterna sonrisa, entró a formar parte de mi vida yo no encontraba como darle consuelo. Le  prometí y hoy quiero reafirmarme, que iría con el pueblo saharaui hasta el final, fuera cual fuese, mientras me quedase un soplo de vida. Much@s lo sienten de la misma manera que yo.

Hassanna nunca estará sólo.
El Sahara nunca estará sólo.

*Uxía Castro (Sarria, Lugo, 1975) es componente de Resistencia Saharaui.

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